sábado, 3 de marzo de 2018

Tinder

Estoy ansiosa, otra vez. No sé si será la forma de calmar mis ansias, distraerme o lo que sea, pero lo intentaré.
Como mucha gente (o por ahí no tanta) uso Tinder, porque me di cuenta que saliendo no podía conocer a nadie, o se está haciendo más complicado, por muy extrovertida que sea.
Hace relativamente poco, hice match con alguien. No le di mucha importancia porque la tendencia en estas apps es acumular coincidencias. Sin ir más lejos, en mi perfil tengo 3 coincidencias con solo un "Hola", sin contestación (del otro lado), 3 match donde la conversación se cortó de la nada y 3 match donde dejé a ver si me hablaban del otro lado (ya quedas como tonta sin que te saluden o no te contesten). Por eso, esta vez, hicimos match y, más allá que casi giro a la izquierda, no esperaba gran cosa.
Resultó que al ratito estaba conversando con una persona muy agradable, de la vida , del tiempo, de cualquier cosa, pero hablamos.
Pasamos al Whatsapp. Seguimos conversando. Me gustó; me gusta.
Lo primero que hice, antes de concertar una cita fue con él, fue una tremenda investigación en redes (mis amigas le dicen "alto stalkeo"), pero es necesario cuando te vas a involucrar con alguien virtual. Encontré a alguien con mucha presencia en redes, valga la redundancia. Me gustó más todavía, porque encontré alguien muy afín. #ALERT.
Seguimos hablando, pero esta vez, subiendo la temperatura de las conversaciones. Nuestras cabezas iban más rápido que nuestros dedos.
Luego de arreglar nuestras agendas, pudimos encontrarnos. Llegué hecha un nudo de nervios, más ansiosa que madre primeriza. Hallé un hombre muy inteligente, respetuoso, que me oyó, caballero y apuesto. Me sentía cómoda, yo podía escuchar y ser yo.
A nivel sexual, nunca tuve tal primer encuentro. Fue una primera vez tremenda, chocaron los planetas, saltaron chispas; aunque suene cursi.
En mis planes estaba irme por la noche, pero cuando todo terminó me abrazó y seguimos así hasta la mañana. Cuando nos despertamos, desayunamos juntos, mate con galletitas.
Ahora estoy con miedo por tener que esperar. Sentirme así por algo que puede no seguir y quedar en una noche estupenda no me hace gracia.
Después de mucho tiempo encontré a alguien que realmente me gusta y con quien puedo hablar, o no?
Soy novelera, ansiosa por eso es que necesito escribir, para poder descargar y no pensar si escribe o no, o si le mando un mensaje o espero más. Se que tengo que ser más relajada... pero estaría muy a gusto tomando algo relajada con esta persona.

jueves, 23 de marzo de 2017

2017 y seguimos con los planteos existenciales.

Nuevamente me siento ansiosa... pero creo que esta vez es para bien. Ya largué a la psicóloga, no consigo trabajo (Argentina es una mierda a nivel laboral en este momento), pero logré ciertos avances en aspectos importantes para mí.
Mi carrera va mejorando. Aparentemente mi director de Carrera, o creo que en otras universidades se refieren a él como Decano, me está tirando una super soga. Quiere que me reciba a fin de año (creo que ya era hora... pero me tuve que adaptar a una medicación totalmente nueva durante mi carrera, ya que descubrieron mi epilepsia).
Lo que me está sacando el sueño, o poniendo ansiosa, más que nada, es que hay un hombre que me hace sentir lo que hace mucho que no sentía. No estoy hablando de sentimientos... Me siento mujer, suena cursi, pero prefiero eso a sonar grosera. Volví a sentirme un ser sexual, y eso es muy difícil; o no, pero me estaba costando, ya que mi relación anterior había apagado todo mi deseo y sensaciones, me había convertido en un ser completamente apático en ese sentido. El problema es que no sé si me conviene involucrarme con él, ya que es muy tramposo... yo también puedo serlo, pero no me gusta y menos para una "recuperación". Es una persona que significa mucho para mí, me respeta como soy y le gusto en muchos sentidos, pero no me produce confianza como pareja, amante o lo que sea.
Más allá de todo, no quiero sentirme obligada con nadie, pero tampoco quiero sentir que le estoy arruinando la vida a la pareja de esta persona, aunque el diga que no pasa nada. Mis proyectos están lejos de formar una familia o quedarme en el país, por el momento quiero irme a estudiar afuera y buscar mi futuro en Europa, solo Dios dirá si me espera otra cosa. Tengo tiempo, tengo que evaluar muchas cosas y personas... Incluyéndolo, incluyéndome, ya entro en la confusión y fffffffffffff, empiezo a irme por las ramas y decir cualquier cosa. Pero esto suele ser catártico.

lunes, 22 de agosto de 2016

Relaciones

En mi vida tuve tres relaciones significativas (oiga, que hablo de las que se podrían llamar parejas), de las cuales solo uno de ellos es al que vuelvo a recordar cuando corto con alguien, cuando estoy de bajón. No es perfecto, no carecía de defectos, pero se que lo lastimé mucho.

Nos conocimos a mis 17 años, el tenía cinco más que yo, pero era muy tímido (o se hacía pasar por tal). Ambos ibamos a la pileta del "bicho" (Argentinos Juniors, para quien no conozca la jerga) y empezó el va y viene:

Yo: Que decime donde vivis...
Él: No te digo... (con aire de interesante, que me va a hacer una pendeja...)
Yo: AHHH, no me decís, te apuesto que lo averiguo...!
Él: Qué no te digo nada y vas a averiguar menos (esta pendeja no averigua ni como se llama)
Yo: ¿Qué jugamos? (Me está desafiando, no sabe a que se expone!)
Él: Te invito a salir (Nunca en su vida va a veriguar nada, no salimos ni por casualidad... sino la invito de otra manera) -----> Acá ya había picado.
Yo: OK (A mi juego me llamaron.)

De más está decir que para la vez siguiente que nos vimos había conseguido con pelos y señales el barrio, dirección y número de departamento donde él vivía. Ir a un club durante algunos años tiene sus ventajas. Terminamos saliendo durante dos meses, me fui de viaje de egresados... las cosas no resultaron en ese momento. Cortamos.
Estuvimos en contacto durante seis años, viendonos en el medio, saliendo como amigos, posta, amigos. Hasta que nos encontramos y decidimos probar de nuevo. Esta vez estuvimos dos años. Con convivencia y todo. La diferencia era muy grande. El estaba decidido en ciertos puntos y cuando me planteo la convivencia posta (porque una cosa es ir a la casa pasar casi toda la semana y otra muy diferente es que se te plante y te pida de irte a vivir juntos) ahí empecé a recular.
Se que lo lastimé muchísimo cuando le dije que no podiamos estar más juntos, pero es el día de hoy que vuelvo a su recuerdo.
Hubo un tercer encuentro, pero ahí intenté yo sola. Él estaba dolido y con ganas de jugar. No puedo decir que me lo merecía. Pero él lo sintió así.

Me enteré que siguió con su vida, que va a ser padre. Me siento feliz por él, creo...
Siempre lo voy a querer haya pasado lo que haya pasado. Y yo me dedicaré a mi carrera. Como he dicho antes, quiero alguien que me acompañe, pero no lo necesito ni lo busco desesperadamente. Me di cuenta que no me sirve de nada buscar una pareja. Aparecerá sola o no. Yo por el momento estudio y viajo. Viajo y estudio. También trabajo.

martes, 26 de julio de 2016

Confesiones de una noche invernal.

Viendo TV, una serie del montón, me doy cuenta que quisiera tener la habilidad de escribir todo lo que se me viene a la mente, al corazón o tengo en el hipotálamo, como quieras plantearlo. Mi cabeza da vueltas, mi estómago también. Son esas malditas mariposas que, si estuviera enamorándome, las entendería, pero ahora no estoy ni cerca de ese proceso. Quiero hacer mil cosas, pero primero quiero que esta maldita ansiedad desaparezca. Al mismo tiempo necesito cosas que filosóficamente se oponen. Como estar sola y al mismo tiempo una pareja que me vuele la cabeza. Como se que la segunda posibilidad nunca va a aparecer, la tengo absolutamente descartada. Me dedico a formarme profesionalmente, total, los tipos no sirven para más que una noche. Para pasar un rato.  
Lo que me estaría complicando en este momento es la falta de laburo, no poder establecer mi rutina diaria. Mi psicóloga dice que debo calmarme un poco, que más no puedo hacer y el momento no es el adecuado. Hay una parte de mi psiquis que entiende todo esto, pero otra que no lo entiende para nada; esta parte es la que esta jodiendo todo lo que tendría que mantenerme estable y estudiando. 
Nadie nunca me ha dicho que escribir me haga nada, en ningún sentido, pero tengo la sincera creencia que sirve de alguna manera para hacer catarsis de mi nivel de angustia. Sino es así es una muy buena terapia y va a servir en el futuro para poder ver mi evolución. 
No busco culpar a nadie de nada, aunque de ser así tendría que hacer mierda a mi ex, que no deja de mandarme mensajes después de un mes sin vernos, pero ese es el menor de mis males. En definitiva y cuando me pudra, lo terminaré mandando a la mierda, pero no es mi objetivo hacer leña del árbol caído, como quien diría. 

martes, 28 de junio de 2016

Manifiesto de la mierda que tengo adentro.

Digamos que no estoy siendo yo. Me siento bastante bajón, trabada, frenada. Esta sensación no ayuda en nada. Que alguien me diga como salir. Trato y trato, pero no veo la salida de este horroroso hueco. 

Mi terapeuta me hace las preguntas más ¿ocurrentes, sería la palabra? Veamos si puedo seguir con todo lo que tengo planeado expresando lo que siento. 

Me quiero ir de viaje, me quiero ir a trabajar a otra parte; quiero mi trabajo fuera del país, ser reconocida en lo mío. Quiero sacarme los "peros" de todo lo que planeo, las trabas, los miedos, los tabúes impuestos por la sociedad. No quiero más de todo esto.